"Antes de cerrar los ojos, antes de volver a abrirlos, de mí se desprende un ritual etéreo y nocturno, que viene del tiempo dividido, que viene sabiendo que lo esperan y que me eriza los sentidos. Cuando todas las noches se funden en sólo un gran firmamento despejado y tibio, comienzo a sentirme amado, tocado por cada molécula de esta brisa que nos envuelve, pero más por la luz guía que enciende tu mirada, más por el misterio que me cuentan tus caderas, el pensamiento que guarda inmensidad y lucidez, tus manos enlazadas a las mías.
No puedo decirte, amada, cuánto he de anhelarte a la vez que el ritual atraviesa la puerta, pero pretendo guardar el relato apenas vengas a mi encuentro, apenas me divises contemplando, apenas desespere con tu aliento, apenas sepas que mis pobres días remotos carecen de belleza y trascendencia hasta que te apareces, invitándome a tu cuerpo, mi única y verdadera."
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