jueves, 12 de mayo de 2016

Sin razón aparente
-para variar-
Viene una calma tan incómoda
Tan ansiosa
Que no es posible reconocer
Hasta que la miras de frente
Y te das cuenta de que
En realidad
No es que hubiera ruido
Ese ruido que acompaña
Más bien
Nunca el ruido te hizo compañía
Aunque fuera carne, hueso y aliento
Es que
Siempre hubo silencio
Y nunca lo escuchaste

1 comentario:

Anónimo dijo...

Espero que tú calma sepa vivir en incomodidad,
Que sepas escuchar el ruido y el silencio,
No importa de donde provenga, sólo sigue mirándola
De frente, como trataste de enseñarme...

De algún lugar llegará la satisfacción relativa
En la medida que veas algún fruto...
Perdón por ralentizar y enlodar todas las cosas,
Sólo quiero agradecer que calaste hondo,
Aunque el sol haya pasado, su calor quedó y
Mantiene alguna fuerza no misteriosa en mí...

Tengo un retardo que me ataca desde pequeño,
Escucho las voces que me hablan cuando se van...
Blindo los sentimientos como un compartimento,
Idealismo y mecanicismo que hace naufragar...
Pero, siempre está la opción de nadar en algún mar